Vivencias que dejan huellas

Cada día se forja una historia en nuestras vidas con diferentes situaciones que nos van sucediendo, sin embargo sólo algunas van dejando huellas en nuestra memoria.

Te miro




No estás aquí, y aún así puedo sentir tu aroma cerca de mí, el que me acaricia con sutileza y se posa a mi lado, anulando el momento y transportándome al instante en que nuestros labios se toparon por primera vez.
Te miro y sonrío nuevamente con tus palabras, te miro y camino confiadamente a tu lado, sin soltar por ningún minuto tu mano, sino que aferrada a ella vuelvo a ser feliz, caminamos pausadamente y entre risas y sonrisas nos volvemos a mirar.
Es tu respiración la que siento cuando mis ojos se vuelven a cerrar y despacio y lentamente me duermo junto a ti. Necesitando que me abraces y asi sentir otra vez tu calor, escuchar palpitar tu corazón y en el silencio conversar.
Te miro aunque presente no estás, pero aún así te extraño, que ilógico, en tan poco tiempo puedo decir que necesito de tu voz, de tu abrazo y tu calor, de tu risa, de tu vida.
Te miro, aún cuando en los sueños me he de encontrar y recorro cada uno de los detalles de tu rostro y en tus labios me vuelvo a anclar, tiernos y suaves me reciben, dulces cual chocolate artesanal.
Te miro, porque simplemente necesito dibujarte en mi memoria para así no borrar ni un segundo de lo que provocas hoy en mí.