Vivencias que dejan huellas

Cada día se forja una historia en nuestras vidas con diferentes situaciones que nos van sucediendo, sin embargo sólo algunas van dejando huellas en nuestra memoria.

¿Que es el amor?


Muchas veces me pregunto que es realmente el amor, cual es el real sentido de esta palabra, que al parecer es capaz de provocar muchas sensaciones a la vez, sean positivas o negativas, pero inunda el alma con un torbellino de emociones. Una cosa tengo clara, el amor es un sentimiento, ¿pero sólo eso?, o ¿va más allá de lo que por un instante somos capaces de describir? Sueños, ilusiones son transformados cuando nos vemos inmersos en este fluir de bellos colores, en este andar sobre nubes y percibir mariposas revoloteando ante ti. Volamos más allá de la realidad y al momento de poner los pies sobre la tierra, continuamos en esta quimera, que no hace más que llenarnos de felicidad. Quisieras que por unos instantes el tiempo se detuviera y poder capturar todo lo que estas viviendo, guardar esas imágenes para que no acabaran jamás. Pero el sentir amor es más que un simple sentimiento, más que una emoción que con el tiempo puede que se diluya, el amar a otro es una decisión que se toma, aceptando el riesgo de lo que podría venir y que tal vez no sea de nuestro agrado, que tal vez no sea de los momentos que quisieras guardar, sino que de aquellos que no desearías haber vivido jamás. Amar a otro, es decidir estar con esa persona en cada momento, sean buenos o malos. Así es el amor de Dios, incondicional, en cada momento de nuestras vidas esta ahí, con cada uno de nosotros, no por una emoción pasajera, sino que el decidió amarnos, aunque le fallemos una y otra vez, aunque lo ignoremos y decidamos continuar nuestro propio camino, aún así él sigue ahí esperándonos, con los brazos abiertos, olvidando todo error y continuando un proseguir junto a nosotros. Un amor que no miro nuestra condición, sino que fue capaz de enviar a su único hijo sólo por ti y por mí. ¿Serías tú capaz de hacer semejante acto, sabiendo que tal vez con el tiempo no te recordarían o sólo acudirían a ti en momentos de aflicción? Pero él lo hizo, porque su amor no tiene límites, simplemente porque decidió amarnos antes que tú lo hicieras.




“Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”. Jeremías 31: 3

Entre Recuerdos ...


Cierro los ojos y despierto ante fútiles recuerdos, sin embargo cuando me adentro en estos, estas tú, parado ahí, de la misma forma en que por última vez te vi. Intento acercarme y revivir por un instante tus labios, los que con ternura se deslizaban para entregar amor, pero me cuesta, siento miedo de lo que pueda suceder y retrocedo algunos pasos, sólo fijándome en tus ojos, los que lejanos, aún me muestran amor. Tus manos se cruzan con las mías, y lentamente se escurren, percibiendo la calidez y protección que siempre me entregaron y así, paralizado el tiempo, continúo frente a ti, aunque no lo notes, aunque no lo sientas, pero inmersa en esta fluidez de deseos, me inserto cada vez más en cada uno de los recuerdos, que aunque parecen muertos, han revivido el momento.
Siento que tus labios se movilizan, y despacio, van susurrando algo que me cuesta oír, algo que aún no puede entender, pero luego, este silencio escurridizo se vuelve latente, y con voz audible escucho lo que sientes hoy. Trato de hablarte sobre este amor, pero no me escuchas, grito, y sólo hago eco en esta inmensa habitación, que aunque parezca llena de colores, en blanco y negro hemos de estar, tú y yo, uno frente al otro, distinguiendo sólo la respiración de corazones que laten con mayor intensidad. Me miras con dulzura y con ternura nos volvemos a separar, traspasando lo que alguna vez fue nuestro, un amor explícito sin cobardía, más hoy, llenos de pavor dejamos atrás lo que está en la memoria y tomando distintos rumbos, avanzamos anulando este recuerdo.