Vivencias que dejan huellas

Cada día se forja una historia en nuestras vidas con diferentes situaciones que nos van sucediendo, sin embargo sólo algunas van dejando huellas en nuestra memoria.

Te encontré ...







... Te encontré, en medio de todo el ruido que ensordecía nuestros sentidos. Sin mirarnos nos hablamos, sin buscarnos nos hallamos, y conversamos una y otra vez, una y otra vez, en secreto, sin el tumulto de la gente a nuestro alrededor.

... Te encontré, aún sin notarlo que a mi lado estabas y sólo tu voz escuche, abrí mis ojos y te vi, frente a mi, observándome con tu mirar distinto, tierno, loco, ideal. Y te miré, borrando por completo al mundo, borrando lo que hace mal. Sin embargo tu me haces tan bien. Y en ésta inexistencia perpetua te necesito y en constante oscuridad te espero para que vengas y des claridad a éste momento único, momento que sólo se trata de ti, de mi, de los dos. Momento único y real, dentro de todo lo que hoy es irreal.

... Te encontré cuando menos lo pensé, pero en el momento justo te observé. Me hablaste y sin dejar pasar el tiempo respondí a cada una de tus interrogantes y sonreí con tus palabras. 
Me sorprende tu cariño, me alivia tu amar. Me encanta tu locura, me cautiva tu mirar.

... Te encontré en éste instante de felicidad, sentí tu aroma y me apropié de él. Lo tatue en mi olfato para no borrarlo de mi. Y aunque no estés cerca te puedo evocar con mi mente, mi vista, mis sueños, mi olor, con cada uno de los sentidos que te buscan sin cesar. Te buscan, te encuentran y me abrazan.

... Te encontré en un lugar inesperado, nos callamos, nos miramos, tomaste mi mano y abruptamente la solté, y cuando quise besarte ... desperté ...