Vivencias que dejan huellas

Cada día se forja una historia en nuestras vidas con diferentes situaciones que nos van sucediendo, sin embargo sólo algunas van dejando huellas en nuestra memoria.

En un café ...


Sin darnos cuenta, estábamos ahí, uno frente al otro sosteniendo una conversación que jamás creímos iba a suceder. Después de todo lo vivido, del amor compartido, decidíamos que hacer con lo nuestro, que en ese instante ya no existía, sino que sólo era un tu y yo. Eterno fue el momento en que sentados en aquel café nos dijimos “es mejor darnos un tiempo”. Largo fue el silencio que nos acompañó, entre miradas inconclusas intentando encontrarle algún sentido a lo que se estaba diciendo, intentando comprender lo que estábamos sintiendo. Después de unos instantes y mirándonos fijamente nos despedíamos con un simple y frío beso. Nos marchamos, cada uno con un paso hacia destinos distintos, pero manteniendo la seguridad que con fecha límite nos volveríamos a reencontrar, sentados aquí, en este mismo lugar.

El tiempo no se detuvo y sin temor avanzaba velozmente. Cada uno continúo con sus vidas pero recordando el pacto de aquel día. Nos volveríamos a encontrar en este mismo lugar.

El día llegó, y con nerviosismo ella partió rumbo al café. Aún no era la hora, sin embargo necesitaba estar en ese lugar y verificar que todo estuviera de la misma forma como lo habían vivido la última vez. El reloj comenzó a avanzar sin decoro y él, no aparecía. Comenzaba a impacientarse pensando que aquello que anhelaba no iba a suceder, pero era ilógico, puesto que juntos habían tomado la decisión de separarse pero con fecha de vencimiento, la que en ese instante se estaba cumpliendo.
Después de esperar una hora comprendió que él no se presentaría. Se negó a lo que estaba viviendo, no entendía que estaba sucediendo, si fue asertiva o no la decisión de hace un tiempo atrás y paralizada miraba fijamente lo que no existía, paralizada sostenía su mirada en la nada. Sin rumbo fijo comenzó a caminar, entre medio de la gente obviando cada suceso que a su alrededor se forjaba. Hasta que en un momento detuvo su andar y una lágrima por su rostro se comenzó a deslizar.

Punto Fijo



Volverte a mirar aunque no estés presente se hace evidente una y otra vez
y mientras camino por el cemento sin un rumbo fijo te detienes frente a mi
con una mirada indiferente pasas de largo
y de un lado a otro sigo en este punto, tratando de salir ocultando lo vivido
pero se intensifican los momentos haciéndolos eternos,
y sin escuchar palabras te marchas.
Apareció el sol, y junto a esto una nueva experiencia que te aleja
Aunque en lo más mínimo de mis pensamientos voluntarios
Porque aunque no lo quiera apareces y desapareces sin pedir permiso
Solo pasas, y en silencio te quedas a mi lado acelerando mi respiración.
Se esfumo el calor y en oscuridad tu voz volví a escuchar,
sólo un susurro en mis oídos, brisa suave que golpeaba mi temor
te reconocí aún con la vista vendada y sin pronunciar fonemas solo te escuché, canalizando los segundos que transcurren en un mundo que se pierde
pero que me acercan a ti, al contorno de los sueños y deseos
procurando sin miedo transformar el sentimiento en sucesos
que en ocasiones se disipa entre tu aliento
desvaneciendo por completo el tiempo que me hace participe
de situaciones complejas
en donde sólo quisiera abandonar el proceso
el que me traslada de un lado a otro estando aún en la misma posición,
pero al volver a renacer reconozco lo que fue
y camino sin retroceder, meditando en aquello que me hace emerger

Sólo un café


Como cada mañana, salió con su paso presuroso hasta aquel lugar de siempre. Sentada, espero con cautela su café, percibiendo y asimilando el olor propio que de éste se escapaba.

Un sin fin de pensamientos rodeaba su mente, ante el avanzar de múltiples personas. Hasta que de un momento a otro su mirada fijó la vista en él. Se observaron sin temor y pausadamente se esperaron.

Su latente corazón comenzó a palpitar con mayor frecuencia a la llegada de aquella persona que paralizó su mirar. Él, sin dejar pasar el tiempo junto a ella se sentó, y sin pronunciar palabras sus labios se cruzaron. Con ternura la rodeaba entre sus dedos, con sutileza recorría sus mejillas, aquella de piel suave y brillante que se hacía notar ante él.

Era el instante perfecto para volverse a enamorar y sin siquiera buscarlo, en su lugar favorito lo vino a encontrar.

Detenidos los segundos se contemplan y sin obviar ni un detalle, capturan y se apropian de la belleza que los paralizó.

Ya, cruzando sus manos abandonan el lugar, y a diferencia del principio, juntos comienzan a caminar.

El último adiós


Los sentimientos fueron clausurados en el momento en que se escuchó el último adiós. Ni un sonido se hacía oír, sólo el ruido de una respiración acelerada que se negaba a continuar con este hecho infortuito. Miradas, sonrisas, palabras, deseos, ya eran parte de un pasado que en el hoy comenzaba a tejerse. Mientras su historia se disociaba, una lágrima se dejó caer por la mejilla, rozando con sutileza aquella piel tosca, pero llena de encanto.

No existían palabras que describieran el instante en que el sol dejó de brillar, no existían palabras que describieran cuánto dolor había en ese palpitar. Y él, en desesperación, ante tal desolación, comenzó a correr intentando alcanzar lo que a esa altura había perdido. Por segundos creyó lograrlo, sin embargo el silencio de su presente soledad le hizo notar su fatídica realidad.

El tiempo no se detuvo, pasaron los días, y los años comenzaron a avanzar, sin embargo él, inserto en un mundo que no deja tiempo para recordar, logró sentarse en aquel lugar en que por última vez la vio partir, y cerrando sus ojos, volvió al instante en que sintió su amor.

¿ Será posible ?


Será posible querer estar y no poder, pues diferentes mundos e historias me separan de aquello que anhelo nuevamente contemplar?
Será posible que a cada momento me sienta partícipe de ti y tú aún permanezcas en mi, tan intensamente como cuando te conocí?
Puede ser posible que con cada brisa, cada destello de luz derramada, con cada risa brindada, con el silencio, en cada gesto, en mi memoria haz de estar?
Puede ser posible que aún, cuando no lo requiera vuelves y nuevamente me haces volar más allá de lo que yo pueda imaginar?
Que entre el murmullo y estruendo de esta ciudad, me puedo fijar en tu silencio y con la quietud de tus brazos me puedo calmar?
Es posible que tan sólo con cegar la vista con tu mirada me puedo encontrar y otra vez me vuelvo a enamorar?
Será posible que con sólo el recuerdo de lo que viví y la ilusión de volverlo a revivir me sienta en completa libertad?
Será posible que en mis sueños voluntarios e involuntarios presentas estás, en cada momento evoco algo de ti y vuelo a sonreír?
Será posible que en tu frío y tu calor pueda sentir amor, una emoción genuina que calmó mi temor?
Puede ser posible que en este caminar presuroso, me detenga y haciendo una pausa traspase lo que siento hoy?
Será posible que agites mi palpitar sólo con saber que junto a ti me voy a reencontrar?
Que detengas el tiempo, y entre tus manos llenes mi vida de una arcoíris de color?
Será posible pensar, que sigo pensando en ti, con mayor intensidad que cuando por primera vez te vi?
Puede ser posible que tu cielo sea el mío, porque así lo dispusiste, sin egoísmo lo quisiste compartir, no sólo una vez, sino que en más de una ocasión, y hoy, cuando lo vuelvo a mirar, frente a ti me puedo hallar?
Puede realmente ser posible?
Yo creo que si, porque junto a ti, todo es posible para mí

Un Mundo Diferente


De un día a otro, ante un mundo diferente me encontré, con temor por todo lo que podía suceder y yo, sin poder actuar de una forma ideal. Todo nuevo, distinto y lleno de voces silenciosas que no era capaz de oír. Un mundo diferente del que algunas nociones tenía de su existencia, pero hoy inserta en él, trato de entender con cautela y recelo cada vivir.
Con distancia fui observando cada movimiento y junto a ellos tus deseos, los que de una u otra forma se iban haciendo presentes, con violencia y en calma, entre risas y llantos, con cada manera de actuar te mostrabas ante mí. Sin embargo sentí miedo al verte así y por minutos creí no poder lograrlo, pero callé aquellos pensamientos e intente sacarte de ahí. Costó, pues tus fuerzas eran mayores que las mías, pues tus intentos sobrepasaban los míos, aún así logramos nuestras manos entrelazar, y a tu lado pude caminar, dejándome lentamente entrar en tu mundo, aquel mundo diferente. Trato de una u otra forma encontrarme con tus ojos y así poder fijarme en tu mirada, pero tu indolente indiferencia no me dejaba avanzar más allá de esos ojos melosos y ocultos a los demás. No te importa el que dirán ante tu forma de avanzar, y entre medio de la gente te paseas intentando capturar lo que anhelas, te observo, manteniendo la distancia, pausadamente sin que lo puedas notar, sin embargo en un punto sigiloso nos hallamos y al mirarnos, nuestros ojos congelados quedaron, nos hablamos entre risas y palabras de verdad, intentaste besarme, y sin oponer resistencia me deslice entre tus brazos tiernos y cálidos, sin temor, sólo refugio y protección encontré en aquel instante en que descubrí tu amor.
Aunque te busque constantemente y a veces, no te pueda hallar, se que llegará el momento en que nuestras miradas otra ves se encontrarán, y mientras eso suceda, continúo aferrada a ti, una sombra de la que no puedes huir, continúo necesitando con fervor poder escuchar tu voz interior, aquella que pide a gritos expresar más allá de lo que nuestros oídos pueden escuchar, y te espero, pacientemente me detengo esperando a que vuelvas, a que fijes tu mirada en mí, y continuemos este trecho que comenzamos juntos, tu y yo. Y así, en tu silencio, en tu hablar, en la explosión de emociones que haz de manifestar, en tu mirar distinto, en tu mundo ideal, soy feliz, porque me haz dejado participar en un mundo diferente, del que ahora no quiero escapar.