Vivencias que dejan huellas

Cada día se forja una historia en nuestras vidas con diferentes situaciones que nos van sucediendo, sin embargo sólo algunas van dejando huellas en nuestra memoria.

Presente real ...





Aunque existías no sabia lo bien que me hacías, y sin tu saberlo te fuiste metiendo de a poco en mi vida.
Me encuentro sumergida en un sueño del que no quiero volver a despertar. Te sueño sin tu saberlo y te miro sin tu darte cuenta, y comienzo a tallar en mi memoria lo que por última vez pude contemplar. Y volando a aquellos recuerdos, los evoco en más de una oportunidad porque nuevamente quiero junto a ti estar.

Es tu forma de ser, tu sonrisa, tu mirar que me hacen observarte no sólo una vez, sino que mucho más porque necesito contemplarte para así poder estar tranquila, aunque no lo puedas notar.

Te escucho y sonrío, te pienso y revivo, como aquella flor cuando rocían sus pétalos con agua, pequeñas gotas que dan aliento, vida, alegría.

El tiempo es aquella sensación de quietud cuando junto a mi te has de encontrar, cuando nuestro ojos se vuelven a reencontrar y en silencio nos hemos de quedar. Y me quedo sin aliento con sólo el espejismo de tu presencia, una ilusión óptica que es capaz de paralizar todo, todo aquello que a nuestro alrededor se va creando, nublando por completo al mundo y comenzar a existir solos tu y yo. Un presente latente ante la vista de los demás, un presente en el que ahora me quiero quedar.